Como muchos ya sabréis, el método Montessori es una metodología educativa creada por Maria Montessori, una reconocida pedagoga italiana, a principios del siglo pasado. Todavía vigente (e innovador) y se basa en el respeto de los niños y su derecho a aprender por sí mismos. Si te interesa este tipo de enseñanza, de seguro querrás cursar nuestro Máster Montessori. Pero antes, te adelantamos algunas actividades Montessori que te ayudarán a comprender al cien por cien el espíritu de esta metodología.
Actividades Montessori: algunas ideas
La pedagogía Montessori promueve experiencias lúdicas para compartir con los niños en casa o la escuela. Cada una es una oportunidad de aprender autónomamente y de manera personalizada (cada cual a su tiempo y ritmo). Aquí te comentamos algunas de ellas.
– De orden y clasificación. Este tipo de actividades Montessori contribuyen a crear un ordenamiento cognitivo, es decir, un orden mental. A partir de figuras de personas, animales u objetos, se pide a los pequeños que dividan en categorías. En el primer caso, se puede solicitar agrupar de acuerdo con el espacio en el que se desempeñan (escuela, hospital, centro comercial). Así, en segundo término, se puede discriminar por animales de aire (aves), tierra (vacas, caballos) o agua (ballena, pez). En último lugar, las cosas pueden dividirse por forma, color o ámbito al que pertenecen (cocina, colegio, supermercado).
– Tareas para potenciar la motricidad fina. En los espacios Montessori se dispone de materiales específicos para este tipo de actividades. Como maderas con agujeritos para pasar hilos o lanas. Asimismo, telas que simulan prendas de ropa en las que se manipulan cierres, botones o broches. También se provee a los niños de recipientes con garbanzos o castañas, por ejemplo. A partir de ello, los pequeños deben usar una pinza de cocina para traspasar los elementos de un contenedor a otro. Este tipo de acciones mejoran la motricidad fina en la primera infancia.
– Actividades que fomentan la alfabetización. En la pedagogía Montessori se suelen emplear tarjetas con letras y otras con objetos. Una experiencia enriquecedora resulta de pedir a los peques que combinen cada letra con la letra con la que inicia el objeto. Ejemplo: se une la “n” con la figura de un nene. De esta manera los críos comienzan a reconocer las letras, sus sonidos y los asocian a objetos de la realidad.
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Con Montessori también es posible aprender matemáticas
Aprender a contar no es fácil para niños de entre 3 y 5 años, por ejemplo. No obstante, cuando lo hacen jugando ello resulta mucho más sencillo. Pero ¿cómo fomentar el amor de los niños por los números y su utilidad? A través de algunas actividades Montessori, sin duda.
– Números combinados. También a partir de tarjetas es útil armar ecuaciones como si fueran puzzles. A medida que vayan ganando autonomía, podrán ir haciéndose más complejos los enigmas a resolver.
– Contadores y tarjetas. Parte de una caja que contiene una tarjeta por número (del 1 al 10) y puntos de colores (del tamaño de fichas pequeñas o porotos). Los pequeños deben, en este caso, colocar sobre la tarjeta la cantidad de puntos que correspondan. Tres puntos (…) sobre el dos (2), y así sucesivamente.
– Ábaco de madera. Nuestros abuelos aprendían con un ábaco y nuestros hijos y alumnos también. Es el material más utilizado en los espacios infantiles de pedagogía Montessori. Es la manera más sencilla de aprender a contar.
Actividades Montessori para aprender jugando
Existen muchas otras tareas que ayudan a los niños a aprender de forma autónoma; esto es: por sí mismos y sin ayuda. Sin un ritmo establecido, aunque sin pausa; a su tiempo (cada pequeño tiene un modo de aprender único). Algunas propuestas de lo más interesantes son:
– Juegos con formas y texturas distintas. El desarrollo de todos los sentidos es uno de los objetivos de las actividades Montessori para la niñez. El reconocimiento de distintas texturas contribuye al desarrollo cognitivo y al motriz en simultáneo. Se les suele ofrecer a los niños materiales disímiles que les permitan establecer, a partir del tacto, contrastes interesantes. Por ejemplo: al comparar un género suave con una lija o un trozo de pelo sintético con un encaje. A los peques les encanta tocar y conocer a través de la puntita de sus dedos.
– Tareas prácticas para la vida doméstica. Atarse los cordones de las zapatillas, servir agua en un vaso, poner la mesa para el almuerzo, trozar un plátano para compartir con los compañeros… Son todas actividades que promueven la autonomía de los críos. Y todas los preparan para una vida adulta independiente y libre.
– Limpieza y más. A los pequeños de la casa les gusta colaborar con los adultos. Tanto en su hogar como en la escuela. No hay que limitarlos en este sentido. Si se les provee de un espacio seguro, en el que no corran riesgos innecesarios, ellos pueden hacer cuanto gusten. Barrer la sala, pasar la fregona, lavar un plato o un vaso y limpiar los cristales del aula… Son todas acciones que pueden llevar a cabo sin problemas. Las mismas les aportan seguridad y confianza en sí mismos para moverse en el mundo sin ayuda.
Aprendizaje hacia la autonomía
La pedagogía Montessori, como leerás, tiene múltiples aplicaciones que enriquecen la tarea de aprendizaje. La misión del guía en torno a estas tareas es la de «volverse invisible». ¿Qué significa la metáfora? No intervenir salvo que el niño demande ayuda. ¿Por qué? Los guías Montessori no deben interferir en actividades que los alumnos pueden hacer solos. Es un modo de contribuir a que se defiendan en el mundo que los rodea, explorando los materiales que se les presentan y eligiendo qué hacer a cada momento. El método, de esta manera, busca que los niños hagan de acuerdo con su edad aquello que puedan según sus habilidades.
A partir de estas actividades Montessori ya advertirás de qué va esta pedagogía y cuán útil puede resultarte.