El destete nocturno es uno de los procesos más complicados en la lactancia. La clave está en hacerlo poco a poco y muchas madres deciden empezar retirando las tomas por la noche, pero ¿cómo destetar con éxito? Te explicamos cómo hacer de ello un proceso satisfactorio y respetuoso para ambas partes, la madre y el bebé. Y si quieres conocer más sobre este tema, puedes echar un vistazo a nuestro Curso de Puericultura y saber más sobre todas las cuestiones relacionadas con la lactancia.
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El proceso del destete nocturno en bebés de alta demanda
Cuando la madre decide empezar a destetar al bebé, lo más aconsejable es que se comenzar poco a poco. El destete no debe realizarse de forma repentina y por completo, sino que debe ser un proceso en que las tomas se vayan reduciendo de forma progresiva. La idea es que sea una evolución que beneficie tanto a la madre como al bebé en todo momento.
Una de las opciones más comunes es empezar realizando un destete nocturno. Eso sí, cabe apuntar que ello no debe utilizarse como estrategia para conseguir que el bebé duerma más o evitar que se despierte durante la noche. Hay que tener en cuenta que los problemas del sueño siguen otro rumbo y que los desvelos son completamente normales en el desarrollo de los pequeños.
Es importante apuntar también que para un destete nocturno respetuoso, este debe iniciarse desde los 12-18 meses. Y es que, si optamos por la lactancia materna, hay que recordar que este es el alimento esencial para el crecimiento del bebé y, por ello, el destete debe producirse a partir del año de vida.
Cómo destetar por las noches satisfactoriamente
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja dar el pecho hasta los seis meses de forma exclusiva, y hasta los 24 meses como alimentación complementaria. A partir de este periodo o del año, muchas madres inician el proceso de destete, pero para minimizar las complicaciones y que sea satisfactorio para sus bebés y ellas mismas, es indispensable hacerlo de forma gradual, con mucho mimo, paciencia y respeto.
¿Cómo conseguir un destete nocturno satisfactorio y respetuoso para ambas partes? Te damos ocho recomendaciones a tener en cuenta:
1.- Disminuir las tomas progresivamente
Sabemos que la teoría es muy fácil pero en la práctica la cosa se pone más complicada. Pero, hay que mantener la paciencia y la calma, y darse tiempo. Es un proceso largo y en la mayoría de casos difícil e incluso doloroso para ambas partes, pero terminará funcionando.
2.- ‘Plan Padre’ en acción
Implicar al padre en el proceso de destete puede ayudar y mucho, especialmente si es nocturno. Esto consiste en que sea el padre quien duerma al pequeño y también que se despierte por la noche para darle cariño y apoyo. Puede que al principio el bebé rechace más al padre porque no tiene lo que quiere, pero con paciencia se irá acostumbrando.
3.- Hablar con el niño
Otro aspecto importante es comunicar al niño lo que va a suceder, explicándole que a partir de una hora determinada no podrá mamar ya que mamá necesita descansar y dormir. De hecho, hay métodos que pueden servir para reforzar este mensaje, como es el cuento de “La Teta Cansada”, por ejemplo.
4.- Usar la distracción
Aliarnos con el poder de la distracción cuando el bebé demande el pecho es una de las estrategias que puede ayudar a que esa alta demanda vaya disminuyendo. ¿Qué recursos emplear para entretenerle? Enseñarle un cuento o jugar con su juguete favorito, son algunas alternativas.
5.- Mimos por partida doble
La lactancia materna no solo cubre necesidades alimenticias, sino también emocionales. Y es que el proceso de amamantar consuela en todos los sentidos al bebé. Por ello, en el destete es fundamental dar más cariño y mimos a los pequeños, para que la falta de teta por las noches sea más llevadera. De alguna manera, será como una compensación y un alivio para ellos.
6.- Ofrecerles comida
En el caso de que el bebé tenga hambre real y no una necesidad afectiva como hemos comentado anteriormente, podemos ofrecerle un vaso de leche, agua u algún otro alimento con el que “se le quiten las ganas de mamar”.
7.- Elegir un buen momento
Puede parecer irrelevante, pero destetar por las noches requiere de un momento y ambiente idóneo. Por ejemplo, si estamos en medio de cambios importantes, como la llegada de un hermano o el inicio del bebé en la escuela infantil, no es buena idea embarcarnos con el destete. La calma, la paciencia y el bienestar deben ser los pilares que den pie al proceso.
8.- Dejar el colecho si hay aceptación
El hecho de que el niño duerma en su propia habitación o junto a sus hermanos puede ayudar a facilitar el destete por las noches. Eso sí, es muy importante que haya aceptación e iniciativa por su parte.
En el caso de que el pequeño se muestra contento de tener su propio cuarto y de dormir solo como “alguien mayor”, podemos contemplar la opción de dejar el colecho. De lo contrario, si el menor muestra frustración por dormir sin los padres, habrá que descartar esta opción, ya que junto al destete puede ser una suma excesiva de cambios.
La importancia de un destete respetuoso para el bebé y satisfactorio para la madre
Hacer del destete nocturno un proceso respetuoso para el bebé es fundamental. Hay que tener presente que el niño sigue queriendo mamar y el hecho de no hacerlo, no es una decisión que haya tomado por sí mismo.
Por tanto, nunca deberemos regañarle ni gritarle por sus peticiones, sino explicarle lo que está ocurriendo con mucho cariño y respeto. Es cierto que para ellos será un proceso doloroso y complicado, pero como madres debemos tener paciencia con ello.
Por otra parte, tampoco hay que ignorar las emociones como madres. Seguramente, se crucen sentimientos encontrados, que oscilan entre la culpa, el alivio, la tristeza y la felicidad, pero sobre todo no hay que juzgarse. La vida son etapas y esta es una que en este momento toca cerrar y no hay que vivirlo como algo negativo.