Cuando hablamos de dieta, no nos referimos a una dieta de adelgazamiento, sino a que los más pequeños coman de forma sana y equilibrada. Dieta y ejercicio son las dos claves para que crezcan sanos, y así, evitar enfermedades como la obesidad infantil. Con una buena alimentación, también podremos prevenir la aparición de patologías en la edad adulta.
Dieta y ejercicio
Tener una buena alimentación es vital para la salud de los más pequeños, ya que repercute tanto en su crecimiento físico como intelectual. Con rutinas alimentarias adecuadas y un estilo de vida saludable, podemos evitar trastornos nutricionales, tales como el sobrepeso o la obesidad.
Es esencial que durante la infancia, los niños aprendan a comer de forma correcta siguiendo una dieta sana y equilibrada. Es en esta etapa cuando se fijan los hábitos alimentarios, y si no son adecuados, serán muy difíciles de cambiar en un futuro.
Aunque cada niño es único y su alimentación puede variar según sus particularidades y necesidades, es recomendable que su dieta sea rica en frutas, verduras y cereales. En menor cantidad también deben consumir huevos, lácteos y pescado, y de manera más reducida, carne roja. Se deben restringir las grasas saturadas, la sal y los alimentos con calorías vacías como la bollería industrial o el azúcar. Aunque aportan energía, tienen pocos nutrientes y son perjudiciales para la salud, tanto a corto como a largo plazo. Las caries y la obesidad son consecuencias que aparecen si se abusa de este tipo de alimentos.
Cuando hablamos de particularidades, nos referimos a alergias e intolerancias. En estos casos lo mejor es acudir a un profesional que estudie la situación y elabore un menú específico. La finalidad es que el niño pueda seguir llevando una dieta saludable, sustituyendo unos alimentos por otros.
Como hemos comentado, dieta y ejercicio son esenciales para que los niños tengan un estilo de vida saludable. Practicar ejercicio habitualmente, tener un horario de sueño fijo, y reducir el tiempo delante del televisor, son acciones que fomentan la salud de los más pequeños y previenen el sedentarismo.
Las instituciones luchan contra la obesidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) detectó una tendencia al alza de la obesidad infantil en 2004. Desde ese momento, la institución solicitó a los países miembros de la Unión Europea que ejecutaran estrategias de prevención. España se sumó a la lucha cuando nació la estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad).
Cada vez son más las medidas utilizadas por los gobiernos para luchar contra esta enfermedad. Primero eran medidas cautelares, pero ahora han pasado a ser leyes de obligado cumplimiento. El impuesto sobre las bebidas azucaradas o la obligación de menús saludables en las escuelas son algunas de las acciones llevadas a cabo por las instituciones gubernamentales para combatir la obesidad infantil.
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