Decidir que quieres separarte de tu pareja no es fácil. Y menos cuando además de ser tu pareja, también es el padre o la madre de tus hijos. No solo es difícil porque tienes que tomar una decisión que cambiará tu vida. Sino que, además, sabes que la determinación también cambiará la vida de tus hijos. Si estás pensando en cómo enfocar una separación con hijos y no sabes cuál es la mejor manera de hacerlo, quédate. Lo analizamos paso a paso a continuación. Y, si te interesa tener más información acerca de cómo puede afectar una separación con hijos desde a perspectiva de la psicología infantil, puedes estudiar psicología online. Así podrás adquirir conocimientos como psicólogo/a infantil y adolescente y, podrás profundizar en su psicopatología asociada.

La decisión de una separación con hijos

Puede ser que ya haga un tiempo que le das vueltas al tema. Y es que es completamente normal que, después de haber aparecido la primera duda, estas se multipliquen y acaben siendo ideas recurrentes. No te preocupes, tomar esta decisión puede llevarte tiempo y, como todo, tiene su proceso.

Aun así, si has llegado aquí es probablemente porqué ya lo tienes claro. Si ya has tomado la decisión, el primer paso que debes dar es el de comunicárselo a tu compañero o compañera. De esta manera podréis gestionar todo lo que a partir de ahora cambiará. Y. entre otros, una de las cosas que se deberá renovar será vuestra relación con los hijos. Uno de los puntos que más influyen en una separación con hijos.

La influencia de los hijos en una separación

Que los niños acaben influyendo en una ruptura es, aunque no lo más recomendable, lo más usual durante una separación con hijos. Los peques son una responsabilidad para los dos y el bienestar de los niños suele ser prioritario. Aun así, este factor no siempre debe pasar por delante. Hay casos en los que el bienestar de los peques de la casa depende directamente del de sus padres.

Por mucha importancia que tengan los niños para cada uno de vosotros, la frase de “no me separo por mis hijos” o “lo aguanto por mis hijos” es un error. ¿Los motivos? Varios. Vamos a verlos.

Los niños como excusa para evitar la separación

Como ya veníamos diciendo, poner a los niños como excusa para no separarse es mala idea. Los motivos son varios, pero antes de analizarlos debemos tener en cuenta un punto. Los niños lo aprenden todo de los padres. Su manera de ser y ver el mundo en sus otras etapas vitales como la adolescencia o la madurez dependerá, en parte, de lo aprendido a lo largo de su infancia.

Si aun así sigues planteándote que debes aguantar tu “relación” por ellos: busca tu tipo de relación a continuación.

  • Discusiones, odio, tensión

Ya sabemos que los niños son como esponjas y que su principal fuente de conocimiento son sus padres. Él o ella actuará muchas veces teniendo en cuenta vuestras acciones y comportamientos cada día.

Si la relación con tu pareja se ha deteriorado tanto que ya solo existen discusiones, odio o tensión, sigue leyendo este punto. Y es que transmitirle constantemente este ambiente de animadversión puede acarrearle ciertos problemas al pequeño.

Entre otros, puede desarrollar miedo a las relaciones y sufrir por no poder acudir a nadie en busca de ayuda. A lo largo del tiempo, además, esto puede desembocar en un miedo a la intimidad o al desarrollo de parejas y relaciones amorosas.

  • Hogar sin amor

Si tu relación se ha ido apagando en estos tiempos y estás aguantando la convivencia en un ambiente de “respeto”, los pequeños también generan una serie de sensaciones e ideas. A lo mejor es verdad que habéis conseguido guardaros respeto y no discutir por todo. Aun así, debemos desmentir la frase de “como no discutimos, no se enteran”.

En estos casos, evitar una separación pensando que para ellos es lo mejor, porque además “no se enteran de que estamos mal”, tampoco es lo más recomendable. Los pequeños verán una relación de ‘compañerismo’ entre sus ‘referentes’. Lo más normal es que en estos casos los niños intenten mejorar la situación, busquen provocar que sus papás estén más juntos o quieren reunir a la familia.

Unas acciones que no les corresponden por edad y que, además, les quita la oportunidad de aprender cómo funciona una relación amorosa real.

Consejos para una separación con hijos

En este tipo de trances, es primordial garantizar el bienestar de los pequeños y que la decisión les afecte lo menos posible. Aunque hay separaciones más difíciles que otras, siempre hay que tener presente a los niños y prestar atención a que este cambio no les afecte negativamente. En este sentido, también es importante decidir el tema de la custodia y velar por sus intereses.

Si te enfrentas a una separación con hijos, te recomendamos que sigas estos consejos. ¡Toma nota!

1.- Comunicádselo los dos a la vez y evitad que piense que todo es por su culpa. Es un pensamiento recurrente. Dejadles tiempo para que lo asimilen, aunque respondan con temas dispersos. Poco a poco van a ir procesando la información.

2.- Controlad vuestras propias emociones: por muy mal que haya acabado la relación con tu ex, no deja de ser su papá o su mamá. Tener esto en cuenta durante una separación con hijos hará que ellos se sientan mejor.

3.- Dejad que exprese sus dudas o miedos: no le inculquéis vuestras ideas. Cuando tenga dudas o miedos, dejad que los exprese e intentad aconsejarle desde el respeto.

4.- En una separación con hijos hay que intentar buscar los puntos positivos a la nueva situación. No hay que dejar que el niño se sumerja en un ambiente de tristeza. Explicarle que ahora papá y mamá estarán más contentos, harán más cosas divertidas o tendrá dos regalos cada cumple. Debemos buscar que el niño aprenda cómo ser feliz en esta nueva etapa.

La edad de los peques, una pista

La separación con hijos deberá abordarse también teniendo en cuenta su edad. ¡Ficha estas pautas!

  • Menores de 5 años: las explicaciones deben ser lo más básicas posibles. Cortas y claras.
  • De los 5 a los 10 años: en estas edades es cuando aparece el riesgo de que los pequeños piensen que es por su culpa. También es normal que fantaseen en que algún día volverá a ser como antes. Es importante que tengan más información sobre la separación y los motivos.
  • De los 10 a los 12: Aparecen las dudas de lo que está bien o está mal. ¿Es culpa de papá o de mamá? ¿Qué han hecho mal?
  • Adolescencia: Frustración y enfado son las dos definiciones por excelencia que aparecen cuando se comunica una separación a los hijos de estas edades.