La conciencia corporal permite a los niños conocer su cuerpo y cómo se maneja este en diferentes situaciones. En este sentido, existen diferentes tipos de ejercicios para mejorar el esquema del cuerpo en la infancia y reforzar el control de todos los aspectos que influyen en la ejecución de los movimientos. ¿Quieres aprender más sobre el desarrollo del control corporal en la infancia y de la importancia de un buen desarrollo psicomotor? Amplía tus conocimientos con el Máster en Psicomotricidad y especialízate en este ámbito de la Psicología Infantil.
Índice de contenidos
¿Qué es la conciencia corporal?
Cuando hablamos de conciencia corporal nos referimos a las habilidades para controlar el propio cuerpo y desarrollar movimientos conscientes y coordinados para interactuar con objetos y personas en todo tipo de espacios y circunstancias.
Se trata de una habilidad esencial para el desarrollo motor infantil, ya que a través de la experiencia del propio movimiento, los menores constituyen su esquema perceptivo-motriz, lo que finalmente les permite construir la identidad personal.
Por tanto, tomar conciencia del propio cuerpo es esencial desde edades tempranas para que los bebés y niños conozcan las posibilidades y limitaciones del movimiento corporal, ya que ese es el punto de partida para ejecutar acciones e interacciones con el mundo que les rodea.
Además, es importante resaltar que el hecho de tomar conciencia del propio cuerpo está ligado a otros aspectos. Por ejemplo, se estimula el desarrollo cognitivo, que permite recibir y gestionar la información. Mientras que, a nivel físico y motor, se potencia el reconocimiento de las partes del cuerpo para saber dirigirlas y darles un correcto funcionamiento.
Igualmente, tomar conciencia del propio cuerpo también implica factores socioemocionales, ya que se desarrolla la capacidad de regular el movimiento y los límites para interactuar con los demás de forma adecuada.
Cómo se desarrolla el control del propio cuerpo en la infancia
Entre los primeros conocimientos que adquieren los bebés, destacan las sensaciones iniciales que se refieren al propio cuerpo. A través del mismo, el recién nacido empieza a experimentar con el tacto, la movilización o a través de las distintas percepciones visuales y auditivas. Este tipo de acciones son las que le permiten, de forma progresiva, identificar su esquema corporal y organizar sus movimientos de manera adecuada.
El proceso que lleva a la toma de conciencia corporal en los niños pasa por las siguientes fases:
Establecimiento del esquema corporal
El esquema corporal responde a la representación mental sobre el propio cuerpo, ya sea en reposo o en movimiento. Inicialmente. el bebé observa y reconoce como suyas cada una de sus partes del cuerpo, con la ayuda de los padres y de su entorno, quienes van dándole indicaciones (nombrando las distintas zonas corporales, por ejemplo) para reforzar ese conocimiento.
Desarrollo de la imagen corporal
Esto es la capacidad que desarrolla el pequeño de visualizar mentalmente su cuerpo y de reconocer sus funciones y posibilidades de movimiento.
Toma de conciencia sobre el propio cuerpo
Llegados a este punto, el niño toma conciencia de su propio cuerpo, conociendo su efecto en el espacio y en su interacción con los demás. Es decir, los menores son conscientes, por ejemplo de que si se mueven rápida y desenfrenadamente, pueden golpearse o de que si dan muchos giros seguidos, pueden llegar a marearse, entre otras habilidades que van identificando en su desarrollo.
5 actividades para mejorar el esquema corporal en los niños
El control del cuerpo y el conocimiento sobre las posibilidades del mismo, así como la mejora del esquema corporal en la infancia, puede estimularse a través de diferentes técnicas y ejercicios de conciencia corporal para niños.
A continuación, te proponemos algunas actividades que permiten ejercitar la capacidad de tomar conciencia sobre el propio cuerpo en la infancia y, además, de una forma amena y divertida para los peques.
Canciones o cuentos para identificar las partes del cuerpo
Emplear canciones o cuentos es una de las mejores técnicas para promover la conciencia y el control corporal en la infancia. La idea es que a través de estos recursos, los niños aprendan las diferentes partes del cuerpo, experimentando con su propia figura o con la de sus compañeros, y moviendo las partes corporales que se van indicando.
El juego del espejo
El juego del espejo es uno de los más tradicionales y es que, ¿quién no ha jugado a imitar al otro de pequeños? Pues bien, esa es la idea, que dos niños se pongan uno enfrente del otro y que uno de ellos copie el movimiento de su compañero. Para reforzar el aprendizaje también se puede proponer que en cada movilización el pequeño nombre en voz alta la parte del cuerpo que está tocando en ese momento.
Las estatuas
Otro de los juegos para desarrollar la conciencia corporal en los niños es el de las estatuas. Se trata de bailar de forma divertida y al ritmo de la música, pero cuando esta se para, los niños deben quedarse como estatuas en la posición más extraña posible y quienes adopten la postura más original suman más puntos. En este juego también puede aplicarse otra variante, que consiste en proponer que al bailar solo se movilice una parte corporal determinada, dejando el resto del cuerpo totalmente inmóvil.
El juego del pañuelo
Seguro que conoces esta propuesta, ya que el juego del pañuelo es uno de los clásicos para mejorar la toma de conciencia corporal en educación física. La actividad consiste en hacer dos grupos, en que cada uno de los participantes tiene un número, pero en este caso, se cambia por una zona del cuerpo. Es decir, cuando el monitor diga, por ejemplo, ¡brazo!, los dos contrincantes que tengan asignada esa parte corporal, deberán correr a coger el pañuelo para llevárselo a su campo y sumar puntos a su equipo.
El número corporal
El juego del número corporal también es otra propuesta estupenda para mejorar el esquema corporal en niños. La dinámica es muy sencilla: un participante deberá representar un número con el cuerpo y su compañero tendrá que adivinar de cuál se trata y, así, se va practicarlo la actividad de forma alterna.