La Inteligencia Emocional es la habilidad de gestionar las sensaciones y emociones. ¿Cómo se aplica esto en el proceso de aprendizaje de los niños? ¿Qué es la educación emocional o la educación basada en las emociones? Si te interesa especializarte en este ámbito, no te pierdas nuestro Curso Inteligencia Emocional. Y sigue leyendo para conocer más sobre educación emocional, una apasionante área.

Inteligencia emocional, ¿qué es?

Se trata de una de las contribuciones más conocidas de la psicología en el campo educativo. La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos los seres humanos para gestionar las emociones. Las propias y las ajenas. Ello puede contribuir a una mejor calidad de vida, pero, además, a mejorar las relaciones con los demás.

Según esta filosofía, el proceso de aprendizaje es, más que un acto individual, un proceso social. Por esta razón, motivar y provocar el surgimiento de la inteligencia emocional resulta sumamente necesario.

Y, a mediano y a largo plazo, los defensores de la I.E., apuntan a que se traduce en resultados académicos positivos en todo sentido. Se creará un entorno en el que todos puedan sacar lo mejor de sí mismos. La gestión de las emociones enriquece la vida escolar y también la vida de cada niño. Es una apuesta a las futuras generaciones.

Educación emocional: qué es en concreto

Íntimamente relacionada con el concepto de inteligencia emocional, sostiene que la inteligencia es mucho más que un coeficiente intelectual (CI). ¿Qué significa? Que no es sinónimo de un alto CI; en cambio, está más bien asociada a un manejo positivo de las emociones. Propias y ajenas.

Una parte del interés de los alumnos por el aprendizaje depende de cuán implicados estén emocionalmente en su proceso. ¿Quién no recuerda las asignaturas que más le gustaron de su etapa educativa?Seguramente aquellas que te apasionaron por varios motivos son las que más recuerdas, es decir, las que se consolidaron en tu memoria. Y esto ocurre porque somos seres emocionales que razonamos.

¿Qué puede hacer la educación en emociones por los niños?

La educación basada en las emociones puede aportarles a los niños varias ventajas y beneficios. Te contamos algunos de ellos.

– Efectiva consolidación de los conocimientos. Las emociones garantizan el aprendizaje. Cuando un alumno aprende geografía observando imágenes de lugares atrayentes, se interesa genuinamente por el objeto de estudio. Si un niño aprende matemáticas contando los goles de su equipo favorito de fútbol se involucra y aprende verdaderamente. ¿Conclusión? Un niño conectado con sus emociones aprende mejor.

– Mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuando maestros y alumnos se vinculan respetando las emociones de unos y otros, el aula se transforma. Cuando los niños se relacionan entre sí sin juicios y desde la empatía, el aprendizaje se potencia. Lo individual da paso a lo colectivo. ¿Resultado? El aprendizaje colaborativo, en el que cada cual contribuye a acrecentar la inteligencia grupal, saca lo mejor de cada uno.

– Busca el éxito personal, no únicamente el académico. La buena gestión de las emociones prepara a los niños para que sean personas íntegras. ¿Qué quiere decir? Que no se rinden fácil, que se superan a sí mismos (sin compararse con otros) y que se sienten plenos. Ello se suele traducir en buenas calificaciones en la escuela. Pero lo más importante es que el manejo de las emociones contribuye a un éxito personal; superador.

– Reduce la ansiedad en torno al aprendizaje. Muchos alumnos estudian pensando en la calificación final. Otros se estresan de cara a un examen. Con la educación emocional, se prioriza el proceso de enseñanza-aprendizaje sobre sus efectos o resultados. Es una manera de medir los logros teniendo en cuenta el esfuerzo y el camino recorrido por cada alumno.

Emoción y aprendizaje, binomio perfecto

La identificación de las emociones, tanto positivas como negativas, es muy importante. Conocer las emociones que se sienten da la oportunidad de gestionarlas a favor del aprendizaje. Ayuda a acrecentar la tolerancia a la frustración y a no bajar los brazos. Y es que el equilibrio emocional es fundamental a la hora de encarar cualquier tarea. Cuando un niño se dispone a leer es fundamental que logre concentrarse y alejar pensamientos distractores. Para obtener un buen resultado en un examen es importante que pueda mantener a raya al estrés y a la ansiedad. Cuando debe escribir una redacción es prioritario que conecte con el tema en cuestión y potencie su creatividad.

La educación emocional prepara a los peques para ser adultos capaces de manejar sus emociones con inteligencia, enfocándolas en sus objetivos y a alcanzar el éxito personal.