Al igual que para la mayoría de ámbitos de la vida, a la hora de estudiar es necesario guiarse por un sistema y aplicarse de forma constante para obtener los mejores resultados. Apoyarse en métodos de estudio es una forma eficaz para que cualquier persona pueda ser capaz de conseguir los objetivos que se propone. Ahora bien, ¿cuál es la forma de estudio más adecuada? ¿Cómo inculcar con éxito los hábitos de estudio en los niños? En el Día Internacional de los Estudiantes repasamos cuáles son los hábitos de estudio más efectivos y cómo aplicarlos. También puedes formarte en este ámbito con nosotros, ¡echa un vistazo a nuestros cursos de Educación Infantil y elige el tuyo!

Métodos de estudio más populares y eficaces

Aunque, como reza el refrán, «cada maestrillo tiene su librillo», existen diferentes métodos de estudio cuya eficacia está más que probada, ya que ayudan considerablemente a mejorar el rendimiento de las personas que los emplean. Estos son algunos de los más conocidos. ¡Apunta!

Técnica Pomodoro

Aunque no forma parte de los métodos de estudio propiamente dichos, ya que se trata más bien de un método de administración del tiempo para la realización de una actividad determinada, la Técnica Pomodoro puede mejorar notablemente el rendimiento del tiempo de estudio.

¿En qué consiste esta técnica? Muy sencillo. El objetivo de esta práctica es focalizar los esfuerzos en períodos de tiempo marcados de antemano, alternándolos con breves períodos de descanso. De esta forma se divide el tiempo en tramos de 25 minutos en los que se realiza el estudio sin perder la concentración, para a continuación realizar un descanso de entre 3 y 5 minutos de duración. Además, después del cuarto período de estudio se realizará una pausa más prolongada, que puede oscilar entre el cuarto de hora y la media hora de duración.

Gracias a la Técnica Pomodoro conseguimos mejorar la productividad, ya que los períodos de descanso sirven para aumentar la concentración y la agilidad mental en los tramos de trabajo o estudio. ¡Ponla en práctica y verás cómo los resultados llegarán antes de lo que te imaginas!

Combinar diferentes asignaturas

Aunque a primera vista pueda parecer contraproducente (hay mucha gente que cree que es más efectivo centrarse en cada asignatura de forma individual), lo cierto es que la diversificación del material a estudiar potencia la agilidad mental y la diferenciación de los problemas por parte del alumno.

Además, el hecho de tener que alternar diferentes asignaturas hace que la memorización no sea el único recurso que se utiliza para estudiar, promoviendo, de esta forma, un aprendizaje a un nivel superior. Un alumno que combina las diferentes materias a la hora de estudiar conseguirá superarse mucho más a sí mismo.

La práctica es muy importante

Aunque repasar una y otra vez los mismos temas puede producir resultados positivos, es un hecho demostrado que la realización de ejercicios prácticos ayuda a consolidar los conocimientos de una forma eficiente y rápida.

Así lo demuestran diferentes estudios de universidades tan prestigiosas como Harvard o Kent, en los que se promueve la idea de que la realización de cuestionarios prácticos o ejercicios ayuda a consolidar lo aprendido en clase o durante las jornadas de estudio. Además, para que los conocimientos adquiridos permanezcan a largo plazo, y no solo para la realización de exámenes o pruebas, la práctica de ejercicios presenta una singular eficacia.

Cómo inculcar el hábito de estudio en los niños

Es una pregunta que deambula por las cabezas de cualquier padre, madre o educador que se preocupa por la evolución de los niños y adolescentes en sus estudios. Y es que no solo se trata de conocer métodos de estudio eficaces, sino de conseguir que los menores los instauren correctamente para mejorar su rendimiento académico. Si estás en esta situación, o tal vez puedas estarlo en el futuro, toma nota de los siguientes consejos, ya que te serán de gran utilidad.

Crear un hábito de repetición

Generar un hábito de estudio es realmente importante, y por eso es necesario que, aunque los pequeños no traigan deberes del colegio, realicen tareas para no perder la costumbre.

De esta forma, conseguimos que los niños mantengan un ritmo de estudio constante y que se impliquen de manera directa con su formación, creando juegos y tareas para que los pequeños estén activos y concentrados todos los días. Es uno de los mejores métodos de estudio que existen.

Habilitar un lugar idóneo para el estudio

Para poder generar un hábito de estudio es necesario que el menor se encuentre cómodo mientras hace sus tareas o lee los libros de texto. Encontrar el lugar perfecto es una labor imprescindible, pero que puede hacerse con relativa facilidad. Dar con un sitio cómodo, con buena iluminación y que resulte agradable a la vista es la clave.

Además, el espacio deberá contar con todo el material que el niño pueda necesitar: lápices, bolígrafos, pinturas, etc. No importa cuál sea la tarea que tenga que realizar, ya que podrá hacerla en un sitio en el que se encuentra como pez en el agua y con todo lo necesario para lograrlo.

Motivación y poca distracción

Una premisa que no debes olvidar: si los niños están motivados, rendirán mejor. Para ello, debes animarlos siempre que puedas y felicitarlos por las tareas realizadas, aunque estas sean de poca importancia. De esta forma, conseguirás elevar su moral y sus ganas por progresar no harán otra cosa que multiplicarse.

Así mismo, procura evitar las distracciones que puedan sufrir. A la hora de hacer los deberes o de estudiar la lección su concentración debe ser máxima. Por ejemplo, la tele debe estar siempre apagada y los juguetes fuera de su alcance. A mayor concentración, mayor aprovechamiento del tiempo de estudio.

Consejos para enseñar a estudiar a los más pequeños

Existen una serie de pautas para que los niños saquen partido a las técnicas de estudio. Por ejemplo, estudiar la lección antes de hacer los ejercicios es de gran utilidad para reforzar su aprendizaje. Así asimilará los conocimientos adquiridos en la clase y después los plasmará en la parte práctica.

Inculcar una cultura del esfuerzo, organizar los horarios e imponer regularidad y disciplina son algunas de las acciones imprescindibles para mejorar los métodos de estudio. ¡Los resultados llegarán antes de lo que te imaginas!