En el aprendizaje de reforzamiento se distinguen principalmente dos herramientas. El castigo es uno de los más conocidos pero su opuesto es el refuerzo positivo, que utiliza la recompensa para promover una consecuencia agradable en el comportamiento del niño. ¿Qué efectividad tiene este recurso educativo? ¿Promueve una educación satisfactoria en el niño? Profundizamos sobre el tema a continuación pero si quieres saber más puedes ampliar tus conocimientos con el Máster en Técnicas de Modificación de Conducta Infantil y especializarte en este ámbito de la Psicopedagogía.
Índice de contenidos
¿Qué es el refuerzo positivo?
El refuerzo positivo se basa en el elogio o la recompensa en relación a una conducta determinada para aportar un estímulo placentero al niño. Es decir, este tipo de educación emplea el “premio” con el fin de alabar una determinada conducta.
Para que lo veas más claro te ponemos un ejemplo: una madre o padre felicitando a su hijo/a por tener la habitación ordenada es un proceso de reforzamiento positivo, mediante el cual, el niño o niña asocia una respuesta concreta con un estímulo agradable para él o ella.
Cuando hablamos de recompensa, esta no tiene por qué ser un objeto, puede ser una simple sonrisa, un gesto afectuoso o un mensaje verbal positivo, entre otros.
Tipos de refuerzos
En general el refuerzo positivo, según su naturaleza, puede distinguirse de la siguiente forma:
- Material: el premio es físico como puede ser un juguete, por ejemplo.
- Comestible: el elogio se da en forma de comida.
- Social: la recompensa es verbal o no verbal (un comentario cariñoso o un abrazo, por ejemplo).
- De actividad: se premia con acciones que resultan placenteras para el niño (ir al cine o al parque, entre otras opciones).
¿En qué se diferencia del refuerzo negativo o castigo?
Sabemos que el reforzamiento positivo consiste en ofrecer un estímulo apetecible después de un determinado tipo de comportamiento.
Contrariamente, el refuerzo negativo o el famoso castigo es justo su antítesis. Es decir, la respuesta no se basa en un la obtención de una consecuencia agradable, sino en su ausencia. Por tanto, en el castigo el foco se pone en la conducta negativa del niño (en lo que no debe hacer o cómo no debe hacerlo), en lugar de buscar otros recursos que estimulen la mejora de la conducta del pequeño.
A modo de ejemplo, la diferencia seria algo así como:
- Refuerzo positivo: “siempre que hagas los deberes podrás salir a jugar”.
- Refuerzo negativo: “como no hagas los deberes no puedes salir a jugar”.
Beneficios del reforzamiento positivo en los niños
El refuerzo positivo reúne distintas ventajas para promover un desarrollo infantil óptimo, ya que estimula la capacidad de esforzarse desde edades tempranas, a la vez que potencia el autoconocimiento y la seguridad en el niño.
Fortalece la autoestima
Utilizar el refuerzo positivo en la educación repercute también sobre la dimensión psicológica en la infancia. Destacar y valorar lo que los niños han hecho bien fortalece su autoestima e incrementa su seguridad. De esta forma, los pequeños construyen una imagen de sí mismos mucho más favorable, lo cual también les marcará en su edad adulta.
Potencia la receptividad
Destacar solo los fallos y juzgar al niño com forma de reforzamiento negativo influirá en su seguridad y, además, hará que pierda el interés y que sea menos receptivo. Por ello, el reforzamiento positivo potencia la receptividad y hace que los menores asimilen mejor la dinámica de elogiarles por su buen comportamiento y que, además, sigan evolucionando en esta línea a lo largo de su desarrollo.
Incrementa la motivación
Gracias al reconocimiento de sus buenas acciones, el niño se sentirá más motivado a actuar de forma adecuada y a mantener un buen comportamiento. Este método hace que el menor valore la aprobación externa y que se sienta más satisfecho y con una actitud proactiva a mejorar progresivamente.
Estimula el esfuerzo
El hecho de reconocerle su buena conducta, ya sea con un comentario positivo, una sonrisa u otro tipo de recompensa, hace que el niño sienta que se ha valorado su esfuerzo. Por tanto, cada vez que domine una habilidad o capacidad y sienta que se le valora de forma positiva, el pequeño aplicará de forma natural el mismo modus operandi en las próximas veces.
Consolida el conocimiento
Este tipo de refuerzos en la educación infantil hace que se afiancen también los conocimientos. Es decir, el niño, al recibir cada elogio, será más consciente de lo que está bien y de lo que está mal y sabrá actuar en consecuencia.
Ejemplos de refuerzo positivo en la educación infantil
Para que tengas una idea más clara sobre de qué hablamos cuando nos referimos a reforzar las conductas positivas en los niños, posteriormente te damos algunos ejemplos de refuerzo positivo donde se emplean estímulos agradables para potenciar las fortalezas de los menores en su crecimiento.
Eso sí, hay que tener cuidado, porque el uso frecuente de la “recompensa” puede hacer que el niño se centre demasiado en obtener el premio pero no tanto en la importancia de mejorar su conducta. Asimismo, siempre es preferible emplear un tipo de elogio no material, mejor una expresión de cariño o una respuesta agradable.
Aquí algunos ejemplos para ver realmente cómo aplicar este tipo de refuerzo en la práctica:
- “Si terminas los deberes iremos al parque” .
- “Hoy eliges tú la película”.
- “Te estás aplicando mucho con los estudios, ‘¡sigue así!”.
- “Has ordenado genial la habitación”.
Es esencial valorar el proceso más allá del resultado. Si el niño se ha implicado, le ha puesto ganas y ha mostrado motivación por hacer bien las cosas es digno de destacar. Si por ejemplo, no saca buenas notas pero se ha esforzado por conseguir un buen resultado, también hay que valorarlo y celebrar su esfuerzo.
Por otro lado, el refuerzo debe estar a la altura de la respuesta del niño (ni demasiado poco, ni demasiado exagerado) y debe ser proporcional. Y sobre todo, recordar que siempre reforzamos conductas y no a la persona en sí. De esta forma, potenciamos el aprendizaje y la motivación por seguir mejorando en su comportamiento.