La animación sociocultural es un elemento que se tiene muy en cuenta en la actualidad para todas las etapas de la vida. Existe animación sociocultural para los más pequeños y también adaptada a los públicos de adultos y mayores. Sin embargo, cuando se habla de este tipo de trabajo, se lo suele vincular con un público muy especial. Efectivamente, son los niños los principales protagonistas de las dinámicas de animación que implican elementos culturales. ¿Te gustaría formarte en este ámbito? No te pierdas nuestro Curso de Monitor de Ocio y Tiempo Libre Online.

Como decíamos, este sector puede contribuir a la educación desde las primeras etapas de aprendizaje y además facilita los procesos de socialización. Por otra parte, también puede fomentar las relaciones personales entre pequeños basadas en el respeto y la diversidad. Asimismo, otro de los aspectos en los que influye es en el tiempo de ocio infantil. Muchos niños que han acudido a actividades o dinámicas socioculturales aprenden a divertirse con hábitos más saludables. La razón es sencilla: aprenden a divertirse.

La animación sociocultural en los niños

Las etapas educativas de los más pequeños son, ahora e históricamente, una de las preocupaciones más importantes a nivel social. Así, los niños cada vez acuden a centros educativos más pronto. Por ejemplo, no es de extrañar que un bebé vaya a un jardín de infancia o centro infantil. Esto es debido a que la escuela es el primer agente socializador de un niño.

Agentes socializadores

Como decíamos, las escuelas se han convertido en uno de los primeros agentes socializadores de los pequeños. Es allí donde aprenden a convivir con otros niños y niñas. Y es allí donde probablemente, experimentan las primeras “contrariedades” personales. Allí aprenden a compartir y, a la vez, crean relaciones de manera controlada. Pues, los responsables de los centros educativos suelen estar pendientes de estos momentos de socialización.

Tiempo de ocio o tiempo libre

Así, tanto en estas instituciones como en casa, los responsables de los niños suelen tener conciencia del tiempo de ocio. Un niño no puede estar formándose todo el día, aprendiendo todo el día, concentrado en aprender todo el día… ¡Los pequeños tienen que divertirse! Por ello, muchas instituciones apuestan por dejarles la libertad de juego que necesitan para buscar e investigar sus dinámicas de juego. Todo ello les permite inventarse maneras de jugar y administrarse su propio tiempo de ocio. Se trata, pues, de una manera de aprender a organizarse el tiempo y, de paso, aprenderlo para otros ámbitos de la vida.

Sin embargo, mantener un control sobre esta autogestión del tiempo libre es, también, muy importante. Así, los profesionales del tiempo libre deberán tener cuidado de fomentar hábitos correctos y de evitar ciertas dinámicas peligrosas.

Metodologías lúdicas

Si tomamos conciencia de que el tiempo de ocio de los niños debe ser supervisado para que aprendan a administrarlo, estamos apoyando la dinámicas metodológicas de la animación sociocultural.Y es que este ámbito utiliza métodos lúdicos y pone en práctica actividades formativas en forma de juego. Disfrutar de una actividad educativa mediante una metodología lúdica de tiempo libre es, para muchos jóvenes, motivador y enriquecedor. Y, además, esto hace que muchos niños las asimilen como un empleo de su tiempo de ocio en el que, sin darse cuenta, están desarrollando ciertas capacidades.

Por ejemplo, la administración del tiempo en juegos en los que se miden los segundos favorece la medición del mismo. Puede fomentar incluso aptitudes verbales, como la necesidad de mejorar su dialéctica cuando se tiene que discutir una postura ante otros jugadores. O la conciencia de tener la necesidad de realizar actividad física para encontrarse bien. E incluso fomenta el saber jugar en equipo, respetar al prójimo y ayudar al bien común.

La necesidad de estos espacios lúdicos

Las investigaciones en metodología lúdica y educativa son constantes y no paran de crecer. Asimismo, y de manera continua, se descubren y se producen hallazgos educativos que nutren el sistema educativo con novedosas aportaciones. Aportaciones que, por otro lado, intentan cumplir y satisfacer con las necesidades sociales cambiantes de los pequeños y pequeñas. Por ello, es cada vez más común incluir dinámicas de animación sociocultural en el ajetreado ritmo escolar de los pequeños.

Sus métodos de actuación y los resultados que se observan en niños y niñas son claros y, en muchas ocasiones, favorables en su proceso educativo. Por ello, cada vez más expertos apuntan a la necesidad de implantar más dinámicas socioculturales en los currículos educativos.

Además, y por otro lado, estas dinámicas socioculturales también pueden ser aplicadas en otros rangos de edad. Por ejemplo, cada vez son más los animadores socioculturales que se contratan en residencias de ancianos o en hospitales con enfermos. Es, simplemente, otra manera de conseguir que nuestros mayores, niños y enfermos estén más cuidados y mejor entretenidos.