Si estáis aquí es que seguramente tenéis hijos, sois docentes u os interesa y apasiona el mundo de la infancia. Y en él, la atención temprana es cada vez una materia cada vez más importante. Por eso, hoy os hablamos sobre esta disciplina y os contamos cuándo recurrir a ella es la mejor opción. Si tu pasión es conseguir que los niños tengan las mejores oportunidades, no te pierdas nuestro Máster Experto en Atención Temprana + Máster en Coaching y en Inteligencia Emocional Infantil y Juvenil. Con él podrás convertirte en un experto en la materia y cumplir tus sueños.
¿Qué es la atención temprana? ¿Cuándo se deben iniciar los pequeños? ¿Cuáles son los objetivos de esta disciplina? Cuando hablamos de esta materia, es normal que surjan decenas de preguntas. Muchas son de respuesta fácil. Muchas otras, no tanto. Por eso, hoy os intentamos responder todas las dudas sobre la AT. ¿Os quedáis? ¡Vamos!
Índice de contenidos
¿Qué es la atención temprana?
Vamos por partes. Esta disciplina es el conjunto de intervenciones a niños con trastornos o con riesgo de desarrollarlo. Generalmente, los niños que acuden a sesiones de estimulación temprana presentan algunas necesidades en particular.
Por ejemplo, pueden padecer un trastorno, un síndrome, una discapacidad sensorial o algunos problemas de desarrollo físico o mental. Sin embargo, esto no es excluyente. También pueden realizar sesiones de estimulación temprana los niños que no presentan dificultades de este tipo. Y lo cierto es que cada vez es más usual.
¿Cuál es la edad de iniciación?
La AT está centrada principalmente y, como ya hemos dicho, en niños hasta los 6 años de vida. ¿Los motivos? Muy sencillos. Son estos primeros años de vida durante los que nuestro cerebro tiene más plasticidad. Cuanto más estimulemos su cerebro durante estos años, más resultados óptimos conseguiremos.
También cabe destacar la importancia que el diagnóstico temprano tiene en este ámbito. Una buena atención de los pediatras, profesores, padres y pedagogos del pequeño garantizará que el tratamiento empiece cuanto antes.
Objetivos principales de la AT:
El principal objetivo de estas intervenciones es conseguir que los pequeños con algún déficit o riesgo de sufrirlo obtengan los estímulos necesarios para compensar sus carencias.
Es decir compensar las desigualdades que estos peques presentan respecto a los otros y facilitar su desarrollo personal y integración social. De esta manera, se consigue la mejore evolución y llegada al ciclo escolar con la máxima preparación.
¿Qué actividades se hacen en atención temprana?
Lo interesante de esta disciplina es que puede tener una serie de actividades y ejercicios muy larga. Es decir, como ya hemos comentado, cada uno de los peques recibirá los ejercicios personalizados que atiendan sus necesidades. Por eso, entre el listado de actividades pueden aparecer ejercicios de estimulación, logopedia o psicoterapia.
Los fundamentos de la AT de hecho se encuentran en ciencias tan dispares como la psiquiatría, la pedagogía, la psicología, la fisioterapia, la lingüística o la pediatría, entre otros.
¿Cómo se aplica la AT en un bebé?
Muchos se hacen esta pregunta o incluso piensan cómo puede la AT ayudar a un niño de tan corta edad. Lo cierto es que los estímulos de este tipo pueden empezar a aplicarse incluso en el útero materno. Sin embargo, será a partir de su nacimiento y durante sus primeros meses de vida cuando tendrá más importancia.
Con los ejercicios de estimulación temprana, estos pequeños refuerzan sus reflejos y capacidades como el control de los músculos. Por ejemplo, aprenden a aguantar su cabeza, mejoran su reflejo de succión o empiezan a dirigir su mirada.
¿Qué papel debe representar la familia?
La implicación familiar es imprescindible para que las sesiones de estimulación temprana sean lo máximo de efectivas posible. En ellas, los papás y mamás aprenderán como conseguir que el bebé siga mejorando en casa. Además, al pasar más tiempo con los niños, serán ellos los que reportarán las dificultades o la evolución del peque.
¿Dónde se realiza?
La intervención temprana puede realizarse por varios expertos. Sin embargo, algunos de los más usuales son los entornos educativos. En ellos se pueden encontrar especialistas en lenguaje y pedagogía.
Por otro lado, también pueden intervenir en Atención Temprana expertos como maestros de educación social, trabajadores sociales o especialistas en psicología o fisioterapia.
¿Es para siempre?
No tiene porqué. De hecho, la atención temprana solo contempla la ayuda a los más peques. Sin embargo, es posible que el profesional o profesionales que estén haciendo el seguimiento del peque decidan que es mejor que siga con apoyo.
En caso de que esto ocurra, existen los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana. Estas instituciones realizan el seguimiento de estos niños para que, cuando hayan alcanzado su objetivo, puedan estar completamente integrados en su entorno.
¿Cuándo surgió?
La AT surgió en los años 70 y, desde entonces, no ha dejado de evolucionar. Sus grandes precursores fueron Glenn Doman, fundador de los Institutos para el Logro del Potencial Humano (en EE.UU.) y Carl Delacato. Doman, terapeuta físico, y Delacato, psicólogo educativo, crearon un nuevo tratamiento para niños con lesiones cerebrales.
A partir de este tratamiento, que incluía entre otros sesiones y ejercicios de AT, se desarrolló lo que hoy en día conocemos con este concepto.
Niños y AT: cómo enfocarlo en casa
Si estáis pensando en apuntar a vuestros hijos o hijas en unas sesiones de AT, debéis saber algunas cosas. Lo más importante es que, además de estimularle en casa con algunos ejercicios, contéis con el apoyo de especialistas.
Aunque no se contemplan contraindicaciones de la AT, podría surgir una sobreestimulación, algo contraproducente. Por eso, si queréis practicar algunas sesiones de estimulación sensorial con vuestros peques, empezad por aquellas que no afecten sus capacidades innatas. Un especialista podrá guiaros en caso de que las necesidades de vuestro peque sean especiales.