Puede que si te decimos “Beikost” no sepas a que nos referimos, pero ¿y si hablamos de alimentación complementaria? Seguro que este concepto te resulta más familiar. Este tipo de dieta se basa en la introducción de alimentos en el bebé en combinación a la leche materna (LM) o leche artificial (LA), durante su primer año de vida. ¿Quieres saber cómo funciona la incorporación de los alimentos en los lactantes y cuáles son los principales alimentos complementarios? ¡Síguenos la pista porque te lo contamos todo!

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¿Qué es el Beikost?

El término Beikost hace referencia a la alimentación complementaria que se inicia progresivamente entre los cinco y los seis meses hasta aproximadamente el primer año de vida.

Asimismo, en los primeros 12 meses, el aporte de los alimentos debe cubrir la mitad de los requerimientos nutricionales y energéticos, siendo todavía la leche materna o artificial la primera fuente de nutrientes para el bebé.

Factores que determinan el inicio del Beikost

Los factores que determinan, principalmente, el comienzo de la alimentación complementaria son de tipo nutricional.  No obstante, en un segundo plano, también hay otros factores que pueden acelerar o retardar su introducción:

Factores nutricionales

El Beikost engloba la introducción de alimentos líquidos, semilíquidos o sólidos, distintos a la leche materna o de fórmula. Esto se hace inminente cuando la LM o LA no satisfacen las necesidades alimenticias de los pequeños, tales como la energía, las proteínas, el hierro, el zinc y las vitaminas A y D.

Factores funcionales

A los cuatro meses de vida aproximadamente, las funciones gastrointestinales y renales han madurado lo suficiente como para asimilar alimentos distintos a la leche. Igualmente, a partir e los seis meses, el bebé tiene un desarrollo motor superior que le permite sentarse y comer con cuchara. Mientras que, a partir de los siete u ocho meses, ya puede masticar y deglutir pequeñas cantidades de alimentos semisólidos.

Por tanto, lo ideal es incorporar la alimentación complementaria en etapa, evitando riesgos de alteraciones de la masticación si se realiza de una forma tardía.

Factores educativos

La variedad de los alimentos contribuye a estimular las habilidades de masticación y deglución en los niños. Así, ellos también experimentan con nuevos sabores y descubren otras texturas, hasta el punto de que, a partir de los seis meses, ya tienen una capacidad más desarrollada en cuanto a sus gustos alimenticios. 

Factores socioeconómicos

La propia cultura de los progenitores y el tiempo disponible de estos, así como la vuelta de la madre al trabajo o el nivel adquisitivo, son aspectos que también influyen en el inicio del beikost y en los alimentos que componen su proceso.

Cómo introducir al bebé a la alimentación complementaria

Según la OMS, es recomendable empezar con el Beikost a los seis meses. Mientras que, otros organismos como el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, recomienda iniciar la alimentación complementaria entre los cuatro y los seis meses en bebés con lactancia mixta o artificial y, a los seis meses, en los que se alimentan exclusivamente de leche materna.

Pero más allá de cuándo empezar, ¿cómo hacerlo? El método habitual es introducir la alimentación complementaria a través de alternativas como la papilla de cereales o los purés de fruta y verdura.

En cualquier caso, lo más importante es que la incorporación de los alimentos, adicionales a la leche materna o de fórmula, sea progresiva y dando espacio a los pequeños para que puedan ir adaptando cada alimento a su digestión y paladar.

Por tanto, la introducción del Beikost pasa por darles primero un alimento y luego otro y así de forma sucesiva. En el caso de que se tolere bien, podemos pasar al siguiente.

Alimentos complementarios imprescindibles

Hay que tener en cuenta que, la introducción de los alimentos complementarios no sustituirá ni retirará las tomas de LM o de LA. Estas son imprescindibles en la dieta del bebé por el alto aporte en calcio y ácidos grasos esenciales que promueven un crecimiento óptimo en la infancia.

Si bien es cierto que se puede iniciar la alimentación complementaria con cualquiera de los alimentos aptos para ello (como los que detallamos a continuación), puede ser una buena elección empezar con aquellos productos ricos en hierro (cereales, legumbres, carnes…), ya que una de las necesidades nutricionales principales al dejar la lactancia como alimento exclusivo, puede ser la anemia y otros déficits relacionados.

Cereales con o sin gluten

Son el grupo de alimentos predilecto para empezar con el Beikost. Es recomendable introducirlos sin gluten (de arroz o maíz) para valorar posibles intolerancias a esta proteína.

Los cereales son ricos en hierro, fuente de proteínas, vitaminas y minerales, así como de ácidos grasos esenciales. Además, al ser carbohidratos de absorción lenta aportan una mayor sensación de saciedad, por lo que permiten espaciar más las tomas.

Frutas y verduras

En general pueden incluirse las frutas y verduras a partir de los cinco o seis meses. Eso sí, preferiblemente se dan peladas y sin sobrepasar los 5 gramos de fibra al día, para evitar la absorción de micronutrientes como el hierro o el zinc.

Por un lado, las frutas, que aportan agua, vitaminas y minerales, deberán darse maduras y trituradas o en forma de zumos naturales. Eso sí, se aconseja posponer la ingesta de algunas como el kiwi, el melocotón o las fresas, que suelen dar pie a numerosas alergias.

Por otro lado están las verduras, que se ofrecen en forma de puré, pero no tan fina (para promover la masticación). Al principio se recomienda evitar la coliflor, el repollo, el ajo, la cebolla o los espárragos, que pueden resultar desagradables para el niño.

Lácteos y derivados

Los lácteos son fuente de calcio, proteínas y vitaminas. A partir de los seis meses se introducirán yogures con leche adaptada y, a partir de los nueve o diez meses, de leche de vaca. A esta misma edad también se irá incorporando el consumo de quesos frescos poco grasos (tipo queso burgos).

Otros derivados lácteos como las natillas o los flanes se reservarán hasta el primer año de vida (controlando la ingesta de azúcares añadidos).

Carnes

En cuanto a las carnes, se recomienda iniciar la incorporación de pollo, pavo y vaca (más tarde cerdo y cordero) para asegurar unos buenos niveles de hierro y de proteína.

Pescados y huevos

Al ser alimentos potencialmente alergénicos, se recomienda introducirlos a partir de los nueve o diez meses y en pequeñas cantidades (20-30 gr).

El pescado será preferiblemente blanco, como la merluza o el lenguado, ya que son las mejores opciones para empezar. Y, para los huevos, se comienza introduciendo primero a yema cocida y, a los once o doce meses la clara.