Si tienes hijos en edad escolar, habrás oído hablar de la metodología Montessori. Pero ¿en qué consiste y en qué se diferencia de otras pedagogías? ¿Sabías que puedes aplicarla también en casa? Te damos todas las respuestas en el post de hoy pero para profundizar más y mejor sobre el tema puedes cursar nuestro Máster en Pedagogía Montessori, una titulación exclusivamente enfocada a conocer y comprender las características de este modelo educativo.

Los orígenes del modelo educativo de María Montessori

Algunas voces críticas contra la metodología Montessori argumentan que es un aprendizaje reservado a escuelas de élite. Desconocen que su inventora, María Montessori, lo practicó en los barrios pobres de Roma para ayudar a familias sin recursos.

De hecho, María fue la primera mujer que se graduó en Medicina en Italia en el año 1896. Se especializó en Psiquiatría a comienzos del siglo XX. Trabajando en asilos, se interesó por la educación de los niños más desfavorecidos, lo que le permitió desarrollar su propio método educativo.

¿En qué consiste la metodologia Montessori?

La educación Montessori parte de que los alumnos deben tener una libertad completa en su aprendizaje, además de desarrollarse por sí mismos. La educadora italiana partía de la certeza de que cualquier niño tiene una amplia capacidad para apropiarse de los conocimientos. Esta educación se transmite primero desde el nivel inconsciente y más tarde desde el consciente. Por ello, el método Montessori hace hincapié en el papel activo del alumno en su propio desarrollo.

Quizá lo que más llama la atención frente a modelos educativos clásicos es que aquí no existe una imposición de tareas. Se crea un entorno adaptado a la enseñanza y el alumno tiene la libertad de decisión sobre sus actividades. El autoaprendizaje es clave.

Los colegios Montessori preparan a los niños para la vida adulta. Pero, en ocasiones, pasan por alto que también hay que prepararlos para tomar decisiones propias. La metodología Montessori enseña a sus alumnos a que sean felices con las decisiones que eligen.

Otro de sus aspectos más interesantes es la labor del educador. Su tarea es la de convertirse en guía y observador, prestando su ayuda y estimulando al alumno. Pone a su alcance las herramientas que necesita para desarrollar las actividades. De esta manera, lo anima a pensar por sí mismo y actuar, estrategias que sirven para adquirir confianza y disciplina.

Por qué es importante para el desarrollo de los niños

La metodología Montessori se establece en unos principios naturales que resultan fundamentales para el aprendizaje vital de cualquier niño.

  • Independencia
  • Autonomía
  • Capacidad de decisión
  • Actuación
  • Autodisciplina.

Con esta base se ofrece la oportunidad a los alumnos de desarrollar sus capacidades por sí mismos y en convivencia con sus compañeros. Una metodología que ayuda a los niños a convertirse en seres más humanos, independientes y equilibrados.

Cuatro niveles de educación

La educación Montessori se basa en cuatro planes de desarrollo o niveles educativos según las distintas edades de los alumnos:

La mente absorbente

Entre 0 y 3 años el aprendizaje es inconsciente. A través de los sentidos, los niños experimentan vivencias, emociones, relaciones y lenguaje. Este conocimiento va formando su cerebro. En esta etapa, denominada por Montessori Comunidad infantil, la educación se centra en desarrollar el habla, la independencia y la coordinación de movimientos.

A partir de los tres años hasta los seis, el aprendizaje se vuelve consciente. La clave del proceso educativo se puede resumir en esta etapa específica en: «¿Puedes ayudarme a hacerlo por mí mismo?».

La mente razonadora

Abarca de los 6 a los 12 años y correspondería al ciclo de Primaria. Esta etapa tiene cuatro grandes vertientes:

Vida Práctica

Actividades que engloban el cuidado personal de los niños, el de los demás y su entorno. Son tareas cotidianas para aprender a manejarse en el día a día. Con estas actividades, los alumnos consiguen controlar y coordinar movimientos, así como explorar el espacio más cercano y familiar. Además, aprenden a empezar y terminar tareas, desarrollan su propia voluntad y disciplina, aumentan la confianza en sí mismos y su poder de concentración.

Lenguaje

Los alumnos aprenden a leer y a escribir partiendo de los sentidos del oído y del tacto. También forman parte de las actividades del lenguaje el arte, la música o la historia. Son áreas para que los alumnos conozcan su mundo y el lugar que ocupan en él, así como para aprender a respetarlo y cuidarlo.

Sensorial

Se aprende más mediante los sentidos que a través del intelecto. Para los alumnos más pequeños, una serie de materiales sensoriales sirven para potenciar los distintos sentidos según sus cualidades: tamaño, olor, textura, color, sabor. Esta práctica estimula la observación y ayuda a encontrar sentido y orden en su entorno cotidiano.

Matemática

Los materiales Montessori ayudan a entender de manera intuitiva conceptos matemáticos abstractos mediante impresiones sensoriales de los números.

Desarrollo social

María Montessori no llegó a trazar por completo esta última etapa que abarca de los 12 a 18 años y que sería equiparable a Secundaria. La visión que planteó y que se desarrolló de manera posterior presenta un planteamiento evolutivo e histórico del conocimiento. Así, el diseño de las líneas educativas estimula los aspectos creativos e innovadores de los alumnos para potenciar la imaginación y la curiosidad.

El método Montessori para bebés

Una de las máximas del método Montessori enfocado a los bebés es que a través del juego se trabaja su desarrollo educativo. Con distintas actividades de juego, se estimula la inteligencia y el aprendizaje. Se trabaja el sistema sensorial: tacto, visión, sistema auditivo. Contribuye también a mejorar la coordinación psicomotora. Los niños pueden exteriorizar sus emociones y sentimientos, así como desarrollar las relaciones sociales.

Las claves para aplicar Montessori en casa

Puedes establecer algunas de las claves de la metodología Montessori en casa con tus pequeños de manera habitual. Se trata de poner en práctica los principios educativos en los que se basa. Aquí van algunos ejemplos:

  • Dejarles explorar su entorno cercano con libertad.
  • No infravalorar sus actos, ya que ello fomentaría una baja autoestima.
  • Motivarlos en las tareas cotidianas para ganar confianza.
  • Tratar de no criticar en exceso lo que hacen.
  • Aceptar sus opiniones para que se sientan seguros y aprendan a confiar en sí mismos.

Anímate a seguir investigando acerca de la metodología Montessori. Descubrirás una apasionante alternativa a otras pedagogías más clásicas donde el niño es el máximo protagonista de su propio aprendizaje.