Educar es mucho más que inculcar conocimientos didácticos. No se trata solo de crecer académicamente, sino también personalmente. Hablamos de la educación en valores y de la importancia de esta para construir seres responsables, respetuosos, empáticos y honestos. Pero, ¿cómo se educa en valores a los niños? ¿Cuáles son esos principios éticos fundamentales a promover desde la infancia? Lo vemos, a continuación.

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¿Qué significa educar en valores?

Como decíamos, la educación va mucho más allá del aprendizaje de materias académicas. Educar también implica formar a personas responsables y cívicas, que sean respetuosas, compasivas y solidarias con el mundo que les rodea.

Por tanto, podemos definir la educación en valores como un conjunto de técnicas y herramientas que promueven patrones de convivencia caracterizados por el respeto, la empatía, la ética y la igualdad.

Características de la educación en valores

La finalidad de educar en valores es crear una sociedad más solidaria, justa e igualitaria, que vele por la seguridad, la salud y el cuidado del medio ambiente. Por lo que, en general podemos decir que educar en valores se basa en las siguientes características:

  • Se centra en potenciar el crecimiento y la evolución de la persona en el plano ético y moral, más allá de otros tipos de aprendizajes curriculares.
  • Es vital para promover la gestión emocional y evitar los problemas afectivos.
  • Contribuye a solucionar los conflictos que se originan en contextos familiares y sociales.
  • Promueve la autonomía y la independencia de cada individuo.

¿Cuáles son los valores más importantes en la educación?

Estos son los principales valores educativos que deben promoverse desde la infancia, para promover el civismo y la ética en la sociedad.

La empatía

Aprender a ponernos en el lugar del otro, tanto a nivel cognitivo como afectivo, es un valor educativo que nos hace más comprensivos, respetuosos y tolerantes como personas. La empatía es otro principio que deben adquirir los niños para reconocer, respetar y aceptar las diferencias e integrarse en la sociedad.

La ética

Los valores éticos y morales constituyen lo que somos y cómo nos relacionamos con los demás. El hecho de que los niños aprendan desde pequeños la importancia de ser honestos y respetuosos con ellos mismos y con el resto, influye en su desarollo y comportamiento a lo largo de su vida.

La igualdad

En la educación en valores infantil, un principio esencial y decisivo para construir comunidades más inclusivas y equitativas es la igualdad de oportunidades. De esta forma, evitamos la propagación de la desigualdad y la discriminación por sexo, raza, clase social, religión, cultura, etc.

La responsabilidad

Enseñar a los menores el valor de la responsabilidad determinará su grado de compromiso y sensatez en su edad adulta. En este sentido, es indispensable que aprendan que todo acto tiene su consecuencia, ya sea para bien o para mal.

El pensamiento crítico

Desarrollar el pensamiento crítico permite poner en práctica las capacidades de análisis, observación y decisión, lo cual también favorece la resolución de problemas.

El cuidado del medio ambiente

Promover la protección hacia el medio natural es uno de los valores educativos esenciales en la comunidad. Enseñar a los niños a respetar la naturaleza desde que son muy pequeños hace que crezcan tomando una mayor conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y de ser parte activa del desarrollo sostenible.

¿Cuál es la importancia de los valores en la educación?

Hemos visto que la educación en valores infantil trata de transmitir principios como la comprensión, la tolerancia, el respeto mutuo, la inclusión o la honestidad, entre muchos otros.

Educar en principios educativos es fundamental por varias razones. Por una parte, cada persona se desarrolla de una forma sana, con autonomía y una fuerte autoestima, siendo responsable y respetuosa consigo misma. Y, por otro lado, cada uno aprende a convivir de forma saludable y a integrarse en sociedad.

Es importante recordar que educar en valores es una competencia y labor que nos incumbe a todos. Si bien es cierto que existe la materia de educación para la ciudadanía en las aulas, que guía a los menores para emerger como dignos ciudadanos, hay que ir mucho más allá.

Padres, madres, educadores y profesionales de diferentes ámbitos profesionales tienen el objetivo de enseñar los principios éticos que, desde pequeños, definen nuestra forma de ser con nosotros mismos y con el propio entorno. Y es que la transmisión y la asimilación de valores educativos supera el contexto escolar y se construye a lo largo de los años.

Cómo desarrollar la educación en valores

Algunas estrategias o actividades para promover la educación en valores son las siguientes. Recordemos que los valores educativos no solo se transmiten en las aulas, sino que se trata de un aprendizaje transversal, que traspasa el entorno escolar.

Juego y trabajo colaborativo

En estas propuestas de trabajo colaborativo se establecen unas reglas del juego y un control sobre el mismo. Los participantes asumen compromisos y responsabilidades, donde se manifiestan las formas de hacer las cosas bien. En todo momento se respetan las ideas ajenas e incluso sus errores.

Discusión de dilemas morales

Proponer una discusión entorno un dilema moral invita a reflexionar y a posicionarse sobre el caso, analizando las causas y consecuencias de cada opción. En este sentido, se relata la historia de un protagonista que está en una situación complicada ante la cual puede tomar un camino u otro (ambos igual de válidos).

Análisis de casos

Otro ejemplo de actividad para trabajar los valores en la educación es plantear el análisis de un caso concreto con el objetivo de que los niños empaticen con la desigualdad o la injusticia y se posicione ante ello.

Puede exponerse la historia de una persona que huye de la guerra, que sufre acoso escolar o que pasa por un trastorno de la conducta alimentaria, entre otras situaciones, para que los menores se metan en la historia y desarrollen la empatía y la tolerancia.

Role-playing

Hablamos de una actividad que invita a exponer diferentes puntos de vista sobre una misma situación. El modelo role-playing es una dramatización de una situación determinada. Se puede por ejemplo recrear un hecho, y desde el pensamiento crítico valorar el comportamiento de los personajes; analizando sus aciertos y errores, y proponiendo alternativas al respecto.