Guiar la adaptación de los inmigrantes a una nueva sociedad o facilitar la inclusión de colectivos vulnerables son algunas de las principales funciones del integrador social. ¿Quieres especializarte en este ámbito? En nuestro centro formativo encontrarás un amplio catálogo de programas especializados en educación social y también en educación inclusiva e intercultural.

¿Qué trabajo hace un integrador social?

Antes de nada, se hace necesario definir qué es la integración social. Hablamos del conjunto de acciones que facilitan a las personas y grupos de inmigrantes o minorías adaptarse adecuadamente a una nueva sociedad.

Partiendo de esa base, el integrador social cumple el rol de acompañar a los colectivos en riesgo de exclusión social para favorecer su incorporación a todas las áreas de la vida comunitaria. Asimismo, este perfil profesional vela por evitar situaciones de riesgo social, discriminación y segregación, promoviendo la igualdad de oportunidades y la seguridad.

Más concretamente, algunas de las funciones del integrador social son:

  • Gestionar, aplicar y supervisar planes de inserción sociolaboral e inclusión educativa.
  • Practicar la mediación social entre grupos para fomentar la participación y promover la resolución de conflictos.
  • Promover destrezas de comunicación a través de sistemas alternativos y aumentativos.

Ámbitos de trabajo de la integración social

Los ámbitos de intervención social pueden ir desde los servicios sociales hasta áreas más específicas como las siguientes:

  • Víctimas de la violencia de género.
  • Personas mayores y dependientes.
  • Drogodependientes.
  • Personas con discapacidad física, intelectual y/o cognitiva.
  • Personas en situación de desamparo.
  • Atención al menor y a las familias sin recursos económicos.
  • Sistema penitenciario.
  • Atención a minorías étnicas y migrantes.
  • Personas desempleadas y con dificultades para la inserción laboral.

Diferencias entre integración social y trabajo social

Además de la diferencia en la formación recibida, el integrador social y el trabajador social no hacen exactamente lo mismo. Por una parte, el primero suele llevar a cabo las acciones y actividades que planifica el segundo.

Igualmente, el integrador social trabaja cerca de las personas ofreciéndole apoyo y asesoramiento. Es un agente educativo que interviene en la sociedad para introducir una mejora en la convivencia. Mientras que el trabajador social desarrolla labores de carácter más burocrático y relacionadas con la gerencia y control de servicios sociales.

Perfil del integrador social

Cursar una formación adecuada es imprescindible para especializarte en integración social. No obstante, también es importante cultivar algunas cualidades y habilidades que son esenciales para desarrollar un buen trabajo como profesional de acogida e integración de las minorías:

  • Empatía. Saber ponerse en la piel de los colectivos en riesgo social y comprender sus necesidades es clave para idear cómo favorecer su bienestar y adaptación en la sociedad.
  • Trabajo en equipo. Esto se traduce a la capacidad de cooperar con otros profesionales de distintas áreas y, en conjunto, poder proporcionar ayuda a a quienes lo necesitan.
  • Eficacia y habilidades para la resolución de conflictos. La habilidad de hacer frente a los problemas y de idear la forma de solucionarlos es otra cualidad que caracteriza a un integrador social. Y es que este perfil tiene un papel indispensable en resolver los conflictos que se derivan en la convivencia social.
  • Dotes de comunicación. Comunicar y comprender los mensajes el receptor de forma eficaz es otro cometido de los profesionales en integración social. Además, las palabras tienen un gran impacto a la hora de concienciar a la comunidad y de fomentar determinadas acciones en la sociedad.