La mediación familiar es un medio de apoyo para aquellas personas que, en este ámbito, desean llegar a un acuerdo. Por ejemplo parejas que quieren resolver un conflicto, pero tienen dificultades para conseguirlo. En en este tipo de procesos cuando aparece la figura de un mediador externo para encontrar una solución que beneficie a ambas partes.
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¿En qué consiste la mediación?
Cuando dos personas quieren alcanzar un acuerdo pero no lo logran, pueden enfrentarse a diferentes situaciones. Por ejemplo, puede suceder que alguna de las partes (o ambas) no se muestre receptiva y comunicativa. En ese caso, lo más adecuado es recurrir a la ayuda externa de un mediador familiar para lograr la solución y acabar con el conflicto. Es importante apuntar que este profesional no expresa una opinión que da la razón a alguno de los protagonistas, si no que muestra imparcialidad durante todo el proceso.
Por otra parte, la mediación familiar no delega la responsabilidad del acuerdo en un tercero. Son los implicados en el caso quienes, desde su libertad, asumen este propósito. Por tanto, el acuerdo alcanzado es una decisión mutua.
Cuáles son los objetivos de la mediación familiar
Este proceso ofrece recursos de apoyo para que los implicados en la búsqueda del acuerdo logren un entendimiento. Esta mediación ofrece un espacio que propicia el diálogo entre las partes.
A su vez, cada una de las partes de este proceso también toma conciencia de la importancia que tiene su implicación en la búsqueda de un acuerdo. Cada protagonista influye con sus decisiones en la posibilidad de lograr esa meta. Es decir, aunque la mediación familiar ofrece resultados positivos, eso no significa que siempre se logre un acuerdo.
La meta consiste en superar un obstáculo que está afectando de forma negativa al vínculo entre ambos. La gestión de esta situación mediante la búsqueda de un acuerdo marca el inicio de una nueva etapa en la relación. Al menos, si vives esta experiencia, te ayuda a cerrar un capítulo previo.
Por tanto, el objetivo de la mediación es evitar que dos personas se estanquen en esta situación de conflicto. De hecho, es difícil que se produzca un cambio significativo ante la realidad si ambos permanecen en la misma posición de inflexibilidad.
Durante un proceso de estas características, cada protagonista puede compartir su punto de vista. Sin embargo, también descubre y considera aquello que opina el otro. Por tanto, la escucha también es un objetivo de la mediación. Para comprender al otro, es importante conocer su realidad. Y el mediador social es un facilitador en este diálogo.
Cómo es el perfil de un mediador familiar
Un mediador familiar es un profesional que conoce las técnicas de mediación. Es decir, tiene la formación necesaria para desarrollarse como especialista en este ámbito. Las habilidades de comunicación son especialmente importantes en este perfil profesional. El mediador transmite su información con claridad. Pero, al mismo tiempo, también muestra empatía y escucha en cada historia. Cada conflicto es diferente siempre, incluso cuando se producen coincidencias en algunas historias. Y es que, cada protagonista tiene su propia interpretación de la realidad y, por tanto, tiene sus propias necesidades.
En cada proceso de mediación, el profesional conoce información relativa a diferentes historias personales. Por ello, es una persona discreta que mantiene la confidencialidad ante esta información.
Ten presente que el mediador familiar es una persona paciente puesto que cada proceso de resolución de un conflicto requiere su propio tiempo. Además, no juzga la realidad desde sus propias creencias, si no que se muestra totalmente imparcial.
En qué casos puede intervenir un mediador familiar
Cuando dos personas inician este proceso, es importante que ambas estén comprometidas con el proceso. La ayuda externa no alcanzará su verdadera potencialidad si una de las partes bloquea el acuerdo constantemente. No obstante, cada protagonista sí tiene la libertad de finalizar el proceso si lo cree conveniente.
Divorcio con hijos
Este proceso de ayuda puede ser muy positivo para potenciar el diálogo durante un divorcio. Conviene tener en cuenta, además, que los conflictos de pareja afectan a los hijos. Por ello, la solución de dichos conflictos mejora el bienestar de los menores. Ten en cuenta que la ayuda de la mediación no solo puede ser eficaz en un caso de separación. A veces, esta ayuda externa también puede contextualizarse en el vínculo de una relación de pareja.
Herencias
Existe otra situación en la que también pueden darse conflictos entre distintos seres queridos. Por ejemplo, algunas personas llegan a distanciarse por discusiones producidas a partir de una herencia. La superación de esta situación puede facilitar algo muy importante: que los protagonistas mantengan el contacto y acaben con la disputa.
Conflictos entre padres e hijos
Además de en los casos ya descritos, los conflictos entre padres e hijos también pueden resolverse a través de esta comunicación. En ocasiones, los adultos se dan cuenta de que existe un esquema que se repite en distintas situaciones. Y desean desarrollar nuevos recursos para mejorar la relación con sus hijos.
Cómo es un proceso de mediación familiar
Cada caso requiere de su propio proceso. Un procedimiento que comienza con la exposición por parte del mediador sobre cuáles son las características de la mediación. Además, los protagonistas también exponen cuál es su situación. Y, a lo largo de este periodo, vivirán un tiempo de negociación para llegar a un acuerdo que sea positivo para ambos. Algunas de las sesiones de mediación pueden ser individuales si el experto lo cree conveniente.
Cuando dos personas gestionan un conflicto, consiguen ir más allá de aquel obstáculo. Sin embargo, hasta llegar a ese punto, existe un proceso de superación y de entendimiento. Cada ser humano toma sus propias decisiones en este escenario y, a la vez, cada uno experimenta una evolución. Y es que, de alguna forma, un proceso de mediación familiar pone de manifiesto el potencial de desarrollo personal.
Por tanto, la mediación ofrece una vía efectiva a quienes viven una situación de conflicto. Esta especialidad puede interesarte a nivel profesional si deseas trabajar en este ámbito. Pero, al mismo tiempo, también puede servirte de ayuda en tu realidad personal. Incluso cuando un proceso de mediación familiar no produce el fin deseado, la experiencia suele ser constructiva.