Enseñar y aprender son dos caras de una misma moneda. La formación implica utilizar recursos y herramientas que agilizan, estimulan, facilitan y potencian el proceso enseñanza-aprendizaje. En este contexto, las metodologías educativas se convierten en el factor clave para conseguir los objetivos educativos establecidos. ¿Quieres participar en procesos educativos y formativos? Especialízate con nuestro Máster en Pedagogía y desarrollar planes educativos especializados en el área infantil.

¿Qué es una metodología educativa?

Cuando hablamos de metodologías educativas nos referimos a los métodos de enseñanza con los que los docentes y pedagogos llevan a cabo su actividad diaria.

Se trata de diferentes tipos de metodología en el aula que implican el uso de recursos distintos. Las herramientas, las técnicas, los métodos didácticos y las estrategias varían en cada caso. Como también lo hacen las evaluaciones, los diagnósticos y los análisis de capacidades o dificultades de los alumnos. En cualquier caso, tanto en la metodología educativa tradicional como en la innovadora, el objetivo que se persigue es afianzar los contenidos, así como motivar y dar sentido al conocimiento por vías diferentes.

El uso de tipos de métodos educativos distintos afecta también a los papeles asignados a docentes y estudiantes. Especialmente al grado de actividad de estos últimos.

Cómo aplicar un método didáctico

Con independencia de cuáles son las metodologías de aprendizaje elegidas, su puesta en funcionamiento depende de varios factores:

  • Conocimientos y predisposición iniciales de los estudiantes.
  • Utilidad práctica de la materia para la vida diaria.
  • Lugar en el que se implantarán las clases.
  • Rentabilidad y circunstancias económicas.
  • Facilidad e idoneidad de la aplicación.
  • Recursos generales disponibles: tiempo, material escolar, equipamiento de las aulas…

​Implementar los diferentes tipos de metodología en el aula exige esfuerzos, dedicación, trabajo y compromiso por parte del profesorado. Los avances tecnológicos, además, están ayudando mucho a construir métodos didácticos más efectivos y adaptados. Pero, obviamente, es necesario tener acceso a ellos en determinados casos.

Tipos de metodologías educativas

Entre los tipos de metodologías de enseñanza podemos hacer la siguiente división:

  • Metodologías educativas tradicionales.
  • Metodologías educativas innovadoras.

Lo cierto es que no existen opciones mejores que otras en términos generales. Solo menos o más adecuadas para cada caso y circunstancias. El contenido, las características y los estilos de los agentes del proceso educativo en cuestión determinan la elección. Incluso, a menudo, se pueden combinar diferentes tipos de metodología.

Metodologías educativas tradicionales

Entre las más clásicas o tradicionales, podemos mencionar los siguientes tipos:

  • Clases magistrales o charlas del docente.
  • Procesos de aprendizaje y enseñanza sustentados en el saber o los conocimientos.
  • Prácticas en un laboratorio.
  • Tutorías: entrevistas y seguimiento.
  • Realización de ejercicios y comprobación de los resultados.
  • Aprendizaje por medio de la repetición.

Metodologías de enseñanza innovadoras

En cuanto a las metodologías innovadoras, a grandes rasgos destacaríamos las siguientes, sobre las cuales profundizamos a continuación:

  • Gamificación en el aula.
  • Aprendizaje basado en el pensamiento.
  • Aprendizaje basado en proyectos.
  • Design Thinking.

¿Cuáles son los métodos de enseñanza más innovadoras?

Ha llegado el momento de repasar cuáles son los métodos educativos más innovadoras y avanzados. Estas se denominan también metodologías activas. Hablamos de un conjunto de técnicas y estrategias que sitúan al alumno en el centro del aprendizaje,  promoviendo un modelo de educación inclusivo y más participativo.

Este tipo de metodologías didácticas se aplican de acuerdo a las circunstancias y se pueden cambiar por otras si dejan de ser efectivas.

Aula invertida o Flipped Classroom 

Se conoce con este nombre y, en inglés como Flipped Classroom, a una de las metodologías activas más modernas y populares actualmente. Su principal diferencia es que se invierten los patrones de enseñanza habituales. Los alumnos estudian en casa los materiales educativos y, después, los trabajan en el aula apoyados por el profesor.

Con el modelo de aula invertida se aprovecha al máximo el tiempo en el aula. Se resuelven las dudas, se apoya mejor a los alumnos con dificultades, y se trabaja por proyectos específicos.

Aprendizaje cooperativo

“La unión hace la fuerza”. Este podría ser el lema de este procedimiento. Y es que el aprendizaje cooperativo consiste en agrupar a los alumnos por grupos que influirán positivamente en el desarrollo global del aprendizaje.

Los impulsores de este método destacan que trabajar en equipo tiene tres principales ventajas:

  1. Mejora la atención.
  2. Incrementa la implicación.
  3. Potencia la adquisición de conocimientos.

Los grupos suelen ser de entre 3 y 6 miembros. Cada uno tiene un rol asignado y funciones concretas que debe alcanzar con éxito. Interactuar y trabajar coordinadamente es fundamental para lograr el fin común.

Aprendizaje basado en proyectos

Se trata de un enfoque eminentemente práctico. Esta metodología activa  fomenta la adquisición de conocimientos y competencias mediante planteamientos vinculados a la vida real. Consiste, así, en enfrentar a los alumnos a proyectos en los que hay que dar respuesta a problemas reales.

El objetivo del docente es hacer trabajar a los estudiantes sobre un problema específico. A través del aprendizaje basado en proyectos, el alumno estimula su pensamiento crítico, la comunicación, la resolución de problemas y la colaboración.

Design Thinking

El método de enseñanza Design Thinking, conocido también como pensamiento de diseño, la creatividad es esencial. Su finalidad es identificar antes y mejor los problemas individuales de cada estudiante. Para ello, se ofrece una experiencia educativa basada en la creación y la innovación en pro de la satisfacción de los demás.

Aprendizaje basado en competencias

El concepto de partida es aquello de saber para obrar. El objetivo no es solo proporcionar conocimientos sino, sobre todo, desarrollar habilidades y consolidar hábitos de trabajo. Para ello, partiendo siempre del currículo académico, a partir de un proceso de aprendizaje basado en competencias se enfocan las clases de manera alternativa, con una dimensión más práctica y tangible.

Aprendizaje basado en el pensamiento

Las metodologías educativas innovadoras dejan en un segundo plano el aprendizaje memorístico. Lo principal, sobre todo en este enfoque, es enseñar a trabajar y aprovechar la información recibida.

Con tal fin, se enseña a contextualizar, relacionar, analizar, poner en común, argumentar… La información, de este modo, se convierte en conocimiento a disposición de la sociedad. Enseñas, por lo tanto, a pensar.

Gamificación

Este planteamiento se apoya en dos incontestables cimientos de la realidad:

  • Los niños aprenden a través del juego.
  • A todos nos gusta jugar, incluso conforme vamos creciendo.

La gamificación consiste en integrar mecánicas y dinámicas procedentes de los juegos y los videojuegos en entornos de aprendizaje. ¡Es un proceso idóneo para aprender sin darse cuenta y disfrutando muchísimo!

Metodologías de enseñanza, un sinfín de posibilidades para enseñar a aprender

La conclusión final es clara: contamos con más recursos que nunca para impulsar una enseñanza efectiva y de calidad.

Las nuevas y tradicionales metodologías educativas capacitan a los docentes para conseguir tus objetivos lectivos en mayor medida. Lo más importante es elegir los métodos idóneos en cada caso. La responsabilidad es mayor, pero también las posibilidades de acierto. Si eres un formador vocacional, se abre ante ti un universo tan excepcional como maravilloso. ¡Es hora de enseñar a aprender!