La musicoterapia nos permite emplear la música para lograr mejoras en las habilidades comunicativas, cognitivas, sensoriales y socioafectivas desde edades tempranas. Es por ello que hoy vamos a profundizar en esta terapéutica, para saber cuáles son sus beneficios en la infancia y sus métodos de aplicación. Si te interesa el tema también puedes especializarte con nuestro Máster en Terapia Musical y convertirte en musicoterapeuta.

¿Qué es la musicoterapia y para qué sirve?

En la etapa infantil, la terapia musical consiste en la utilización de la música y de los elementos sonoros, rítmicos, armónicos y expresivos para mejorar la comunicación, el aprendizaje, la movilidad, la expresión y, en definitiva, para promover una mejora en las habilidades tanto físicas como mentales de cada niño.

Se ha comprobado que la música aporta una estimulación sensorial que mejora la salud de las personas, ya que gracias a ella se consigue una activación de todas las áreas cerebrales de manera simultánea. Lo cual promueve la función del cerebro en varios niveles: mental, físico y emocional.

Por ello, la musicoterapia también se utiliza como complemento en el tratamiento de diferentes trastornos del desarrollo infantil como es el autismo o el TDAH, por ejemplo.

En los casos en que la música actúa con un fin terapéutico, puede hacerlo de dos formas:

  • Activa: a través del canto o de tocar un instrumento, por ejemplo.
  • Receptiva: cuando se utiliza para fomentar la relajación.

En este sentido, como hemos comentado, la musicoterapia puede trabajar a distintos niveles:

  • Sensorial: a partir de los estímulos sensoriales recibidos.
  • Motriz: se promueve la movilidad, el equilibrio y la coordinación.
  • Cognitivo: activa la memoria, la imaginación y la concentración, logrando un aprendizaje mucho más enriquecedor.
  • Socioafectivo: promueve las capacidades intelectuales y la gestión emocional, así como el autoconocimiento.

La terapia musical y sus beneficios

Desde que somos pequeños, nuestros padres utilizan la música para atraer la relajación, ya sabes con las típicas nanas o canciones para dormir. Esta práctica prueba que la música ejerce una función esencial en nuestro cerebro desde que somos bien pequeños.

Pero hay mucho más allá. La musicoterapia aporta un sinfín de beneficios también a los pequeños en sus diferentes etapas de desarrollo. Veamos, a continuación más ampliamente cuáles son todas sus virtudes.

Ayuda a controlar las emociones

La música es un bálsamo para el cerebro y, como citaba Cecilia Bartoli, también lo es para el alma porque favorece la autoestima del niño y la autoconfianza, mejorando su gestión emocional.

¿Sabías que la musicoterapia puede contribuir a reducir los síntomas de depresión en niños con problemas de conducta? Así lo constata un estudio realizado por investigadores de la Universidad Queen de Belfast (Reino Unido).

Promueve la socialización

La terapia musical también fomenta las relaciones sociales y la interacción con otros niños. Es por ello que los musicoterapeutas también intervienen en casos de niños con autismo, para mejorar sus habilidades de comunicación.

Potencia las habilidades de expresión corporal

La musicoterapia también ejerce efectos sobre el desarrollo motor porque estimula el movimiento y ayuda a recuperar la movilidad, así como a mejorar las habilidades de expresión corporal.

Mejora el aprendizaje

Son muchos los docentes que utilizan las canciones en actividades educativas para enseñar el abecedario, los colores o los días de la semana. Y es que la música es una de las mejores herramientas para activar las funciones cognitivas y potenciar así las capacidades de memorización y concentración.

Técnicas de musicoterapia para niños

Para acabar, vamos a ver qué técnicas de musicoterapia infantil son más efectivas para favorecer el desarrollo de los pequeños.

Canto terapéutico

Una de las mejores actividades es proponer a los niños cantar una canción. Parece algo simple pero nada más lejos de la realidad. Al cantar una melodía, los niños trabajan la estructura correcta de las palabras y de las oraciones, mejorando sus habilidades del lenguaje, a la vez que activan su memoria y atención.

Audición musical

Esta práctica sirve para estimular la comunicación, el lenguaje y la memoria de los pequeños. A partir del reconocimiento de sonidos se incrementa su atención y se promueve la activación en los niños. Puede utilizarse un tipo de música distinto en función al objetivo que se pretende trabajar.

Juegos musicales

Hablamos de actividades que se basan en tocar un instrumento o en realizar una práctica musical. En este caso, un buen ejemplo es el juego de la melodía. En esta actividad los niños se tapan los ojos con una venda y, escuchando una melodía sin letra, deben reconocer cuál es la canción que está sonando. El primero que la adivine gana la partida.

Tocar instrumentos musicales

Aprender a tocar un instrumento es un ejercicio de musicoterapia idóneo para enriquecer el desarrollo infantil. A partir de este aprendizaje el niño potencia sus capacidades auditivas y también sus habilidades motrices. Por estas razones, se convierte es una actividad muy efectiva en aquellos niños que presentan algún tipo de discapacidad física.

Improvisación terapéutica

Al trabajarse la expresión y la comunicación, ello también da pie a la improvisación y a la mejora de las capacidades resolutivas en el niño. A partir de ahí, el menor puede crear su propia melodía o aprender nuevas habilidades relacionadas con el mundo de la música y de la canción.

Composición de canciones

Invitar a los menores a que creen una canción a partir de una estructura musical es un recurso ideal para fomentar su creatividad y estimular su imaginación. Asimismo, se trabaja la asociación de las palabras y también la memoria.

Eso sí, en cualquier caso, previamente debemos tener en cuenta algunos parámetros para elegir la terapia musical más indicada según el objetivo que se persiga. Hay que considerar aspectos como el tiempo y el ritmo (los que son más lentos incitan a la calma y los más rápidos a la agitación), la intensidad (control del volumen), la armonía o el tipo de instrumentos que se emplean en la terapia.

Como ves, la musicoterapia tiene múltiples beneficios para el desarrollo infantil y no solo eso, es una excelente herramienta que aporta ventajas desde la etapa prenatal hasta la adultez.