Desde bien pequeños aprendemos a realizar acciones en respuesta a estímulos determinados. Esto es lo que se conoce como praxias, una serie de movimientos automáticos y coordinados que nos permiten desenvolvernos satisfactoriamente en la vida cotidiana. Si quieres formarte sobre estos procesos del desarrollo, especialmente en aquellos relacionados con las habilidades orofaciales, quizá te interese especializarte con el Máster en Logopedia, donde podrás adquirir un conocimiento profesional sobre ello.

¿Qué son las praxias y para qué sirven ?

Las praxias son movimiento organizados, que se ejecutan con la intención de alcanzar un objetivo. Por ejemplo, cuando nos vestimos, caminamos o realizamos cualquier acción motora se están desarrollando este tipo de habilidades.

Se trata de aptitudes que son imprescindibles en el desarrollo a partir de la infancia, para manejar objetos o llevar a cabo alguna acción. Por ello, se trata de habilidades motoras fundamentales en el día a día, ya que se requieren para realizar cualquier movimiento. Incluso, el hecho de sonreír o de hablar, también se contemplan como praxias.

Es importante saber que estas capacidades motoras adquiridas se basan en dos tipos de acciones: motoras y cognitivas,

  • Acción cognitiva: engloba los procesos de planificación e intención del acto motor.
  • Acción motora: se basa en la puesta en práctica de la acción o del movimiento.

Dicho en otras palabras, la intención lleva a la organización y esta a la ejecución de la acción. Cuando en este proceso se produce alguna interacción que impide el acto motor, hablamos de una clara dificultad para llevar a cabo movimientos adquiridos, lo que se conoce como apraxia, una disfunción sobre la que profundizamos la cual profundizamos brevemente a continuación.

¿Y qué son las apraxias?

Teniendo en cuenta que la praxia está ligada también a la función cognitiva, en el caso de haber algún trastorno neurológico, puede dar lugar a apraxias. Hablamos de una dificultad o imposibilidad de realizar de forma adecuada los movimientos aprendidos como consecuencia de una afección de origen neurológico.

Los principales signos de apraxias los observamos en la incapacidad de ejecutar un movimiento en respuesta a un objeto, de manipularlo correctamente o de imitar diferentes gestos y acciones.

En forma de ejemplo, podemos decir que una persona tiene una apraxia ideomotora cuando es incapaz de materializar una idea a la práctica. Es decir, puede ser capaz de atarse los zapatos (acción automática), pero no saber utilizar el mando de la televisión correctamente, dado que desconoce su función.

¿Cuáles son los tipos de praxias?

Existen diferentes tipos de praxias y en general estas son algunas de las principales: bucofonatorias, linguales, ideomotoras, ideatorias, ideomotoras y visoconstructivas.

Bucofonatorias

Las praxias bucofonatorias se refieren a las acciones que implican una estimulación a nivel orofacial. En este sentido, algunos ejemplos son: fruncir el ceño, soplar, apretar los dientes o dar un beso.

Por tanto, la idea es trabajar los músculos de la cara, además de otras habilidades orales, como la lengua o el velo del paladar. En este caso, si se dan complicaciones, puede requerirse la ayuda de un logopeda para mejorar las capacidades que involucran a la zona facial.

Linguales

Este tipo de praxia implica todo movimiento que esté relacionado con la lengua, que es clave en la deglución, el habla y también en la respiración. Por tanto, la idea es que se desarrolle y mejore la sensibilidad, anatomía y acción de dicha parte de la boca.

La lengua se ve involucrada en una gran mayoría de procesos esenciales y, por ello, es fundamental que su funcionalidad y tono sean los adecuados y que, en el caso de darse alguna anomalía, se acuda a un logopeda para trabajar las habilidades relacionadas con la praxia lingual.

Normalmente, trabajar las praxias linguales consiste en realizar ejercicios frente a un espejo, para practicar los movimientos y lograr la ejecución correcta. Para ello, se pueden practicar acciones como las siguientes:

  • Mover la lengua de arriba a abajo.
  • Realizar movimientos con la lengua de un lado a otro con la boca entreabierta e ir tocando las comisuras de los labios.
  • Lamer el labio superior e inferior de forma alterna con la punta de la lengua.
  • Meter y sacar la lengua con la boca bien abierta.
  • Tocar las mejillas con la punta de la lengua lado a lado, como si hiciéramos fuerza hacia afuera.

Ideatorias

Son aquellas que hacen referencia a la capacidad de iniciar una secuencia de acciones motoras coordinadas. Ejemplo de ello es peinarse, lavarse los dientes, cortar comida con cuchillo y tenedor, atarse los zapatos, servirse un vaso de agua, entre otras.

En la praxia ideatoria hay varias habilidades implicadas: conocer la función del objeto en cuestión, conocer la acción y también el proceso que lleva a la misma.

Aquí también se incluyen las habilidades relacionadas con el vestido. Es decir, con el hecho de saber cómo vestirse y dónde ubicar cada prenda.

Ideomotoras

La praxia ideomotora consiste en la realización de gestos o movimientos básicos con una clara intención. En general, estas acciones responden a una orden o a un estímulo.

Visoconstructivas

La praxia visoconstructiva engloba las capacidades para organizar y realizar los movimientos requeridos en un espacio específico para una acción concreta, como puede ser copiar un dibujo, modelar un objeto, hacer un puzzle o seguir los pasos de una receta, entre otros procesos similares.

Ejercicios para trabajar las praxias

¿Sabías que existen varias alternativas para estimular las capacidades motoras aprendidas? No obstante, todo depende de las habilidades de cada persona y de sus necesidades a trabajar.

Cabe tener en cuenta que, en la praxia, como hemos explicado anteriormente, están implicadas tanto las capacidades motoras como las cognitivas. Por tanto, puede requerirse un tipo de intervención multidisciplinar en la que colaboren diferentes perfiles profesionales: neuropsicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, entre otros especialistas.

Algunas de las actividades que permiten trabajar las praxias son las siguientes:

  • Imitación de movimientos con juegos de mímica.
  • Hacer manualidades.
  • Encontrar la saluda de un laberinto.
  • Hacer un rompecabezas.
  • Definir gestos y expresiones.
  • Relacionar objetos de uso diario con su función.
  • Practicar movimientos guiados con la boca y la lengua.